Hija de un Matriarcado
- Daniela
- 21 mar 2022
- 4 Min. de lectura
¿A ustedes quién los crió? Yo crecí en un hogar de papás divorciados, fue así desde que tengo memoria porque mi mamá decidió separarse cuando yo estaba muy pequeña, así que no recuerdo haber tenido a mi papá en la casa, siempre fue mami, PARA TODO: “Mami, tengo hambre”, “Mami, tengo frio”, “Mami, me siento mal”, “Mami, necesito ayuda”, “Mami, te amo”, etc. Y con los años me he ido dando cuenta de lo que eso implicó para mi mamá, convertirse en la jefa de un hogar con tres hijos, los tres muy distanciados en cuanto a edad porque para el momento del divorcio mi hermano, el mayor, estaba en sus 20’s, el del medio en la escuela, y yo tenía unos escasos 3 años, lo cual tuvo sus beneficios, pero también sus retos. Beneficios como que los tres no estabamos pequeños al mismo tiempo, pero retos cómo ejercer tres tipos de cuidados diferentes, haber tenido que volver a empezar con una bebé a los 40’s después de que el hijo mayor ya era un adulto, y hacerlo sola, siendo una ama de casa, saliendo de un matrimonio de más de 25 años en el que mi papá era el proveedor.
Desde que yo empecé en la vida adulta, me he convertido en la confidente de mi mamá, siendo su única hija me ha encantado escuchar sus historias, entender los retos por los que tuvo que pasar, no solo después del divorcio, sino desde que ella salió de la casa de sus papás, el machismo de la época, los errores que cometió, las desilusiones que vivió, lo valiente que ha tenido que ser y lo resiliente.
Me ha tocado verla ser mamá al 100%, dejándose a ella como mujer de lado muchas veces, y la admiro tanto por eso, le estoy tan agradecida por todo lo que dejó en segundo plano en su propia vida por mis hermanos y por mí, los sueños que abandonó para estar ahí para nosotros. Y en lo personal, estoy muy agradecida por el apoyo que me ha dado desde siempre, puedo decir con toda seguridad que mi mamá ha sido mi fan #1, ha estado ahí al pie del cañón conmigo, dándome ánimos, secando mis lagrimas, celebrando mis logros, siendo un ejemplo para mí.
Siempre he dicho que todo lo que soy y todo lo que seré es gracias a ella, pero hace poco lo sentí aún más real. Estaba en mi apartamento, en mi propio apartamento, despertando para conectarme al trabajo que en algún momento soñé tener, un trabajo que me permite trabajar desde la casa siempre, un buen trabajo, siendo una mujer independiente, con una carrera, que habla dos idiomas y casi un tercero, y la llamé. Le dije: “Ma, gracias. Gracias porque todo lo que he conseguido hoy no lo logré sola, también es merito tuyo, gracias infinitas, espero poder devolverte todo.”
Lo que he logrado hasta hoy ha sido gracias a ella, a su apoyo, a las veces que madrugó conmigo, a las veces que me dio ánimo cuando no sabía qué hacer o quería dejarlo todo botado, a las veces que lloré de estrés y ahí estaba ella para secarme las lagrimas, a todos los desayunos y loncheras que me hizo con tanto amor, a las veces que se quedaba despierta esperándome afuera de la casa a que yo llegara de la U después de las 11 de la noche para asegurarse que no me pasara nada. El apoyo económico es fundamental, pero nada se compara con el apoyo emocional, con estar presente en todo el proceso. Hoy ni siquiera puedo dimensionar todos los sacrificios que hizo mi mamá para que yo pueda estar donde estoy, para que yo haya podido lograr mis sueños y alcanzar mis metas.
Estoy tan orgullosa del nivel de mamá que tengo, de la mujer fuerte, valiente y luchadora que ha sido toda su vida. Yo sé que ella no lo sabe, que ella misma no puede ver todo el impacto que ha tenido en mi vida. Sí, ha cometido sus errores, pero nunca se dejó vencer, ha estado ahí a pesar de no ser perfecta. Gracias a la vida que me permitió crecer en un hogar con un ejemplo de mujer. Si algún día yo misma me convierto en mamá, espero ser la mitad de buena de lo que ha sido ella.
Mami, si algún día llegas a leer esto prometo tratar de devolverte al menos la cuarta parte de todo lo que vos me has dado a mí tan incondicionalmente.
Yo mejor que nadie sé que todas las familias son diferentes, unas con mamá y papá, otras solo con uno de ellos, otras con tíos, abuelos o hermanos, unas más disfuncionales que otras… los que hemos tenido la suerte de tener a alguien ahí, cuidándonos, apoyándonos, amándonos, nunca dejemos de agradecer, y los que no, a los que les ha tocado más difícil, tienen la oportunidad de ser esa persona en la vida de alguien más, de un hijo, sobrino, primo, lo que sea. Aprendamos también a romper ciclos, a ser mejores personas, a cambiar todo lo que no nos gustó mientras crecíamos, a ser todo lo qué tal vez no fueron para nosotros, y aprendamos también a perdonar, por más difícil que sea.
Esto es lo que necesitaban leer para ir a abrazar a esa persona que ha sido pilar en sus vidas, que ha estado para aplaudirles todo y que muchas veces no les damos el reconocimiento que merecen.
A mi mamá, quiero que todos los días sepa que la amo con todas las fuerzas de mi alma, que la vida no me va a alcanzar para agradecerle todo lo que ha hecho y entregado por mí, que espero que encuentre la felicidad que merece, que se sienta satisfecha por el trabajo que ha hecho con mis hermanos y conmigo, y que para mí, es la mejor mamá del mundo, la mejor mamá que la vida pudo darme, que estoy orgullosa de haberme criado en un matriarcado como el suyo, que estoy orgullosa de la mujer que es y que si algún día tengo hijos propios, deseo que conozcan el nivel de tita que tienen.
Te amo, ma. ♥️
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