top of page
Buscar

¡Me urge ir al psicólogo!

  • Foto del escritor: Daniela
    Daniela
  • 3 sept 2021
  • 5 Min. de lectura

¿Ustedes qué idea tienen sobre ir a terapia?, ¿ya han ido?, ¿están yendo actualmente?, ¿irían?

En mi primera vez en el psicólogo tenía unos escasos 6 años, mis papás llevaban algún tiempo de haberse divorciado y creo que mi mamá pensó que eso podría ayudarnos a lidiar mejor con el tema, así que mi hermano del medio y yo íbamos a terapia una vez al mes. Fue hace mucho tiempo, pero me acuerdo que era con la CCSS - ¡Gracias de nuevo, seguro social costarricense!❣️ - Me acuerdo que conversábamos mucho sobre mi familia, la doctora me ponía a hacer dibujos, y al final de la sesión, me dejaban en un cuarto lleno de juguetes para que la doctora hablara con mi mamá. Así pasamos algún tiempo hasta que un día, dejamos de ir.

Hoy me pongo a pensar porqué las visitas al psicólogo se acabaron, ¿será que me dieron “de alta”?, ¿será que a mi mamá le dijeron que todo estaba bien y ya no era necesario ir a las sesiones? Honestamente no tengo noción de qué tanto me ayudó ir al psicologo en ese momento, ¡han pasado casi 20 años! Pero lo que sí sé es que eventualmente decidí volver.

En el 2019 estaba pasando por un momento complicado en cuanto a mi salud mental. Para ese entonces tenia 23 años recién cumplidos, estaba terminando la universidad después de todo un camino complicado para decidirme qué quería estudiar, estaba iniciando mi primer trabajo estable, tenia un par de meses de haber terminado una relación muy seria y larga, me sentía perdida, infeliz y me atrevería a decir que un poco deprimida.


En ese momento de mi vida me limitaba a comer, dormir, trabajar y luchaba diariamente con una idea de “no sé qué estoy haciendo con mi vida”, “no sé hacia dónde ir”, “no sé porqué, pero me siento triste, frustrada…”, creo que además estaba arrastrando un montón de traumas sin resolver de una vida que no ha sido para nada fea, pero que ha tenido sus momentos complicados, por los cuales tal vez una niña no deba pasar, pero bueno, ¿quién tiene una vida perfecta?, ¿quién no tiene issues sin resolver? todo esto, mi mamá lo notó, ¿y adivinen qué? Me recetó psicólogo de nuevo jaja.

Esta vez, mi mamá solo me metió la espinita - “te veo muy triste, ¿no crees que te ayudaría ir al psicólogo?” - yo solita decidí dar el paso, y así tiene que ser, los que vamos a terapia tenemos que decidir por nosotros mismos buscar ayuda, de nada sirve que vayamos obligados a un lugar en el que no creemos o no queremos ir.

Comenzaron unos meses que sólo podría describir como sanadores. Las primeras 3 sesiones lloré de principio a fin sacando todos esos recuerdos y situaciones de mi vida que tenía guardados dentro de mí desde siempre, y conocí a una Daniela totalmente diferente.

Conocí a una niña asustada, triste, a una adolescente resentida, sola, todavía asustada e insegura. Conocí una versión de mí que necesitaba atención, cariño, comprensión y perdón, conocí a una versión de mi misma que había enterrado en lo más profundo de mi ser, que nunca la había dejado ver la luz y solo pretendía que no existía. Le di permiso de salir, de conocerse, de sanar y la dejé irse, dejé ir un montón de fantasmas que no tenía ni idea que estaban ahí y sané. ¡Gracias infinitas a mi psicóloga de ese momento!

Después de esos meses fui otra persona. Había hecho las pases conmigo misma, había aprendido todo lo que estaba haciendo mal, aprendí a amarme, a priorizarme, a olvidar y perdonar. Fue como volver a nacer, tenía una inteligencia emocional que nunca había conocido antes. La terapia ya era parte importante de mi vida e inevitablemente comencé a sentirme mucho mejor, a tal punto que dejó de ser necesaria, ¡error! Esta vez me di de alta yo solita, ¿y adivinen qué? Correcto, ¡tuve que volver!

En esos días que dejé de ir a terapia comenzó la pandemia, perfect timing! 😅 y mi vida tuvo un cambio extremo en muy poco tiempo, mucho gracias a la pandemia y mucho también por decisiones personales. El punto es que aparte de estar lidiando con cambios grandes en mi vida, una vida de la cual apenas estaba retomando el control, también tenía que lidiar con todo lo que el encierro y la incertidumbre traían, mal momento para no tener a mi psicóloga cerca, ¿verdad?


Ya ha pasado más de un año de todo eso, me había levantado con más ganas que nunca de comerme el mundo y ese mundo en un año me tiró de nuevo al piso y me revolcó como le dio la gana. Así que a cómo pude me levanté, me sacudí los raspones y corrí a terapia nuevamente. Actualmente tengo un par de meses de estar yendo con un nuevo psicólogo, y se los juro que se sintió como cuando uno estaba pequeño, se caía y corría a los brazos de mami, sentí ese mismo confort y seguridad de que ahora todo iba a estar bien nuevamente porque ahora estoy más consciente que nunca que algunas veces necesito ayuda para entender qué pasa en mi cabeza, necesito ayuda para tener claridad de hacia donde debo ir, en qué estoy bien y en qué estoy fallando, qué lecciones nuevas necesito aprender.

¿Saben qué es lo que más amo de la terapia? Seguirme conociendo. Amo las veces en las que estoy hablando con mi psicologo de alguna situación que estoy viviendo, él me da una perspectiva que yo ni siquiera hubiera imaginado, o me explica porqué tomo las decisiones que tomo o porqué me comporto de cierta manera y me vuela la cabeza. Amo ese sentimiento de sorpresa cuando conozco partes de mi y de mi comportamiento que yo no tenia ni idea, ¡no saben lo rico que se siente!

Es como abrir los ojos a una realidad distinta, que tiene más sentido, y lo más chiva, es darse cuenta qué estamos haciendo mal y cómo cambiarlo. Yo puedo entrar a terapia con algún problema, sintiéndome mal o confundida, y salir de ahí no solo habiéndome desahogado, sino que con una solución, algo que no pasa nunca cuando solo le contamos nuestros problemas a amigos o familiares, ¿saben por qué? Porque ellos no son profesionales en eso.

Creo que a esto quiero llegar, hoy quiero decirles que si tienen algo ahí que los tiene incómodos y no saben cómo resolverlo, ¡busquen ayuda! Todos en algún momento necesitamos orientación, no siempre tenemos todas las respuestas, y en definitiva nuestro círculo social tampoco.

Me encanta saber que ahora las personas se preocupan más por su salud mental y no le tienen tanto miedo al psicologo, pero al mismo tiempo me frustra un poco que todavía hayan personas que creen que no funciona o que piensan que es solo para locos, aunque bueno, a estas alturas todos estamos un poco locos, ¿no?

Yo creo fielmente que la terapia psicológica es algo que todos deberíamos probar en la vida, debería ser parte de la canasta básica, porque no hay nada más complejo que la mente humana, y seamos realistas, nadie tiene una vida perfecta libre de problemas, y se vale pedir ayuda, se vale no sentirse bien y no tener todas las respuestas. Se vale querer mejorar como persona, querer sanarnos.


Esto es lo que necesitaban leer para tomar la decisión, este es el empujón que necesitaban, ¡busquen un psicólogo! Prioricen siempre su salud, la física y la mental. Priorícense ustedes mismos, dense mucho amor, permítanse conocerse y mejorar el ser humano que son hoy. No hay edad para buscar ayuda y siempre es un buen momento. Como siempre les digo, ¡amense mucho! Y la terapia es otra forma de amarnos, nos ayudamos a nosotros mismo e incluso a quienes nos rodean, porque nos permitimos ser una mejor versión nuestra que incluso los demás van a disfrutar.


y por último, ¡gracias infinitas por leerme!




 
 
 

Comments


Publicar: Blog2_Post
  • Instagram

©2021 por Otra Dani. Creada con Wix.com

bottom of page