¿Qué tal si idealizamos la vida?

¿Han escuchado esa frase "siempre volvemos a donde fuimos felices" o algo así? Obviamente lo hacemos porque ¿quien no quiere recordar un momento que lo hizo feliz y tratar de sentirse así de nuevo, al menos por un momento?

Creo que yo hago mucho eso, pero no necesariamente regreso solamente a dónde fui feliz, últimamente regreso mucho al pasado en general, y no me refiero solamente a lugares, me refiero a regresar a recuerdos.

Cada vez que me encuentro algo que me recuerda otro tiempo, otro momento de mi vida, lo hago: escuchar una canción, ver una serie o película, ir a un lugar o incluso hablar con una persona, porque de alguna forma me transporta a ese momento.

Es más, recuerdo que al menos los 2 primeros años luego de que salí del cole fui a visitarlo un par de veces y me gustaba, me gustaba recorrer esos pasillos y ver cómo había cambiado, y no porque haya sido la mejor época, si no por todos los recuerdos que me traía, porque sentia como que estaba de nuevo ahí. Lo mismo me pasa con la universidad luego de que me gradué y así con todo, como ver una serie que me regrese a alguna época específica, no importa cuánto tiempo pase, siempre disfruto estar de vuelta solo para eso, recordar, pensar en lo que viví, como lo viví y en lo que soy hoy.

Creo que yo todo lo romantizo, siempre me ha hecho sentir muy nostálgica decirle adiós a una etapa de mi vida, haya sido buena o no, y en parte también por eso me encanta regresar de vez en cuando a un lugar que haya marcado mi vida, por romántica, solo para poder visualizar todo lo que ha pasado desde entonces.

Cada etapa que he vivido para mí ha sido muy importante y aunque tal vez no haya sido buena, fue mía, me construyó o me destruyó, y todas esas experiencias me han traído hasta aquí, y las experiencias de hoy quien sabe a donde me vayan a llevar, pero últimamente este pequeño placer de volver al pasado se ha vuelto más recurrente y he estado pensando mucho, ¿por qué?

Algo que me gustaba de estos viajes al pasado es que me daban chance de sentirme bien con mi presente, a pesar de los mil errores que haya cometido en el camino porque obvio me pasa, obvio cuando pienso en una época específica de mi vida pienso en lo bueno, pero en lo malo también, pienso en mis decisiones y como hubiera hecho todo diferente de haber tenido la experiencia que tengo hoy, pero claramente si no hubiera cometido ese error no hubiera aprendido, no tendría esta experiencia que digo tener y todo es un círculo vicioso, ya saben... pero a lo que voy con esto es que me daba la oportunidad de decir: pase por aquí, sobreviví, aprendí, y hoy soy esto, y hoy logré esto otro.

En mi primera entrada del blog hablaba de lo rápido que va la vida, y estos regresos a mis épocas pasadas son como un escape que me doy de vez en cuando. En medio de mi estrés de mi vida actual, sentarme a ver una serie que veía cuando tenía 14 años me hace desconectarme un rato y sentir que estoy de nuevo ahí... claro, también me hace pensar en lo que no hice o lo que no viví y me arrepiento de un par de cosas a veces, pero también me permito pensar: esa versión mía jamás creería dónde está ahora y me agradezco. Si, tal vez no tengo todo lo que había planeado o no como lo había planeado, pero bueno, he hecho mucho con las posibilidades que tenía en el momento.

Es una cuestión de concentrarnos en nuestros logros y no en nuestros momentos malos. A veces nos damos muy duro y no nos permitimos ser compasivos con nosotros y también agradecernos, ya habíamos hablado de esto, de pedirnos perdón.

Pero bueno, retomando. Aparte de querer escapar de vez en cuando de la vida adulta, me he encontrado recordando mucho últimamente por medio de lo que sea que me permita volver un rato al pasado porque justamente quiero volver a sentir la fe que tenía antes, la idealización que tenía mi yo del pasado de mi yo del futuro y de lo que le esperaba de la vida.

Siento que he perdido mucho esa ilusión, la misma vida me ha vuelto un poco más cínica, y no quiero, ¿saben por qué? Porque no me está dejando disfrutar de hoy, de lo que tengo hoy, ¿cuántas veces no soñé con algunas de las cosas que ya he logrado alcanzar? Y a veces no lo disfruto, a veces solo lo paso por alto, como si ya no importara y no, no es justo para la versión de mi que tuvo que luchar, desvelarse, pelear, caerse y levantarse para tener lo que tiene hoy.

Si si, la vida apesta a veces, la vida adulta sobre todo, pero también es increíble cuando nos detenemos a apreciarla. No quiero que mis problemas de ahora, mi estrés, mis carreras diarias me distraigan de lo bueno que tengo, de los pequeños éxitos que tengo. Y tampoco quiero que las decepciones de hoy, me distraigan de los sueños que aún me quedan, aunque algunos sean sueños de una adolescente que idealiza la vida porque esos son los más bonitos que tengo.

Estoy regresando mucho al pasado ahora porque quiero recordarme de donde vengo, quiero ser fiel a los sueños de esa versión de mi, quiero sentir las mismas ilusiones que tenía en esos momentos, sentir que tengo el mundo entero para mí y que las oportunidades son infinitas. Quiero volver a sentir que puedo lograrlo todo, aunque no esté segura de cómo ni cuándo, pero solo saber que ahí está la posibilidad. Soñar no cuesta nada, ¿verdad? Bueno, a veces yo solo necesito devolverme para poder soñar como lo hacía en ese momento.

A lo que quiero llegar con todo esto es a decirles que sueñen, pero que sueñen como lo hacían antes cuando no tenían idea de cómo iba a ser la vida, sueñen sin límite, sin restricciones, sin prejuicios, sin decepciones. Recuerden todo lo que han recorrido y todo lo que han construido. Recuerden que la vida son momentos, no dejemos que pasen en vano, recuerden que de nosotros depende que esos momentos sean como nosotros queremos, y también recuerden que detrás de ustedes hay una versión de ustedes mismos que no deberían decepcionar.